He estado pensando como comenzar este escrito y en mi intento he borrado una y otra vez el inicio. Elegí sanar conscientemente hace veinte y seis años. Inicialmente solo creía que tenía que poner mis emociones y pensamientos en orden hasta que, al hacer contacto con mi consciencia, descubrí que se trataba de algo más.
En aquella época, la motivación me llevó a tomar la iniciativa y seguir el camino de la consciencia que día a día me iba guiando.
La experiencia fue dolorosa, me enfrentaba con lo que creía que era yo, lo que había elegido hasta ese momento, de donde venía y por qué estaba en este plano.
Separarme de las ideas que tenía fue casi traumático. En algún punto del proceso no sabía en donde estaba. No podía devolverme así que la única opción fue seguir adelante.
Primero hice cambios internos. Fue lo que llevó más tiempo. Estos cambios en mi personalidad me llevaron a cambiar la forma como me veía, veía la realidad, veía el mundo y cambie mi historia personal, pero también la de otros.
El enfoque que he tenido al hacer lo que hago es la convicción de que uno crea su realidad. Esto me ha facilitado los momentos más difíciles y tenebrosos por los que he pasado.
Ahora mientras escribo pienso en este momento. La edad, los traumas heredados, la sobrecarga de responsabilidades y la disposición genética me lleva a padecer artrosis, una enfermedad degenerativa que me ha causado que tenga una compresión de la médula espinal.
Hace dos años empezaron un proceso de sanación en la cervical y en la columna que ahora entiendo el motivo. La molestia que ha sido temporal me llevó a buscar respuesta y ahora las estoy obteniendo.
Mi conciencia me dice, ve más allá del síntoma y es de esto que quiero hablar.
Todos tenemos algo que resolver y a lo largo de estos veinte y seis años me he abocado a sanar mi vida ayudando a otros también.
Aprendí que las experiencias no son casuales y están en tu vida por una razón a veces no sustentada en el conocimiento que tengas sobre tus situaciones.
He sanado varias experiencias hasta ahora y sé que estoy sanando otra experiencia que es trascendental y mi cuerpo me lo dice.
En mi búsqueda me encuentro como arrastramos los traumas de nuestros parientes que a través de sus experiencias cargaron en la línea ancestral patrones de conductas, enfermedades que sin darnos cuentas sustentamos.
Cuando comencé este proceso de investigación pensaba, cómo alguien puede llegar a este conocimiento y eso unido a mi propia experiencia me lleva a crear técnicas y metodologías de autosanación.
Más allá del síntoma. Más allá del dolor, del conflicto, de la carencia, de la necesidad se esconde un motivo y si solo nos enfocamos en la circunstancias, no podremos descubrir cuál es la razón detrás de la experiencia.
Creo que estamos en un momento trascendental como seres espirituales viviendo una experiencia física. Tenemos la ayuda de la consciencia cósmica que está facilitando que podamos derribar las estructuras que a través de patrones y programaciones emocionales, mentales, físicas y espirituales sustentamos en nuestra experiencia de vida.
Esta incremento de la frecuencia en la que vibramos también nos lleva a darnos cuenta y que aquello que ha estado oculto salga a la luz pero no siempre esto puede ser bien recibido.
Para algunos que ya derribamos esquemas mentales nos facilita las experiencias venideras pero para otros puede resultar doloroso y que terminen manifestando a través de sus circunstancias experiencias dolorosas en diferentes aspectos.
Yo creo mi realidad al asumir que soy responsable estoy diciendo que tengo un poder y aunque no todo lo que me pasa inicio con mi concepción cuando reafirmo mi creencia de que soy quien soy estoy activandoo todo el potencial que hay en mí.
Ahora, mientras leo lo que estoy escribiendo entiendo que cuando recibí la información del libro del vuelo del águila, yo estaba lista para entenderla. Estoy trabajando la relación con mi cuerpo que comenzó hace doce años, entendiendo sus señales a través del síntoma.
Creo que no se trata de vivir para siempre sino cómo vivir cada día y de eso se trata.
Gracias, gracias, gracias ¡
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