UN BREVE ENCUENTRO
Ha llovido durante el día, el vidrio de la ventana empañado no oculta las imágenes que se ven en el. Dos cuerpos, un hombre y una mujer, se mueven al unísono, como en una danza. En la habitación el olor a sudor es intenso, si el mundo se acabara en ese instante ellos nunca se enterarían, están entregados pero no sólo al placer de sus cuerpos, sus ojos reflejan una intensidad de emociones que envuelve sus cuerpos danzantes en una energía multicolor. Ella jamás pensó que tenía ese nivel de respuesta, durante muchos años estuvo abstraída de la realidad de ser mujer, de sentirse mujer, de responder como mujer. Su hundió en la cotidianidad del día a día, se envolvió en la falsa realidad de lo prioritario y así pasó días y noches, ignorante o tal vez huyendo de cualquier emoción que se encontrara en un rango que la hiciera sentir. Cuando creyó que lo logró, la realidad del mundo la aplastó. Nuevamente deseo dejar de estar en el, empezó a caminar como un muerto viviente y la nece