CUANDO TE DEJAS ENAMORAR Es de tarde, la brisa fresca me recuerda el pueblo donde nací, el clima era una de las razones por las cuales nadie se iba del pueblo. Todas las tardes podías ver las muchachas reunidas en la plaza principal luciendo sus mejores galas esperando que uno se les acercara. Los grupos de jóvenes nos reuníamos en una esquina a verlas desfilar con sus faldas almidonadas, si tenías suerte, lograbas hablar con una no sin que estuviera rodeada de las demás o en el peor de los casos de una mujer mayor que te miraba con lupa buscándote los defectos. Así conocí a la Carmelina, para mí era la más linda de la plaza, su falda era la más almidonada. Cuando la vi por primera vez vestía de blanco, me pareció una diosa, nunca había visto a una mujer tan linda. A partir de ese día, todas las tardes estaba esperando en la plaza a la Carmelina, aunque ella ni me mirara, me conformaba con sólo verla pasar. Así estuve casi dos meses hasta que una tarde,