MARTHA MARTINEZ FACILITADORA DE HERRAMIENTAS DE AUTOAYUDA

LA ORUGA QUE SOÑABA CON LLEGAR A UNA MONTAÑA Una mujer se levanta un día reflexionando sobre ella misma   y piensa “Por un instante dejé de desear, la inercia me consume, me sumerjo en una    tristeza, apatía, deseos de llorar pero no lloro, siento dolor físico en distintas partes, desinterés, me cuesta concentrarme aunque llevo a cabo las tareas diarias pero   dejé de esperar cualquier cosa, estoy molesta y no tengo fuerza suficiente para manifestarla”. Ese día después de meses fue a realizarse unos exámenes de laboratorio, había un examen que requería que esperase un tiempo para volver a repetirlo y mientras tanto entró en una librería a hurgar entre los libros. Toma un libro cualquiera, era la historia de una oruga que soñaba con llegar a una montaña. Había una oruga que vivía en un bosque, a diferencia de los otros animales que actuaban sólo por su instinto, esta era más reflexiva. Los animales del bosque continuamente la criticaban porque se la pasaba soñando

A DONDE ME LLEVARAN MIS PIES HOY Después de muchos años, volví a recordar los cuentos de mi abuelo, le contaba un hombre a un amigo. De niño, su abuelo solía contarle cada día un cuento, recuerda él, que era una época muy dura, la familia estaba pasando por una crisis económica producto de la situación del momento, tenían muchas limitaciones materiales, pero el afecto jamás falto y de algún modo, compensó todas las limitaciones, que incluso podían ser para comprar alimentos. Mi abuelo creó un personaje, a quien llamó Pedrito; cada día pedrito salía a emprender una aventura de descubrir el mundo. Hubo un cuento en particular que recuerdo y que me llevó a evocarlo en este momento que estoy viviendo. El cuento de ese día coincidió con algo que pasaba en la calle pero que yo a mis escasos ocho años no alcanzaba a comprender, sólo vi a mi mamá preocupada contando los potes que había en la alacena y mi papá preocupado por si se quedaba sin empleo. No tuve tiempo de sent