MARTHA MARTINEZ FACILITADORA DE HERRAMIENTAS DE AUTOAYUDA

Son las cinco de la mañana, me despierto súbitamente. Al abrir los ojos, doy las gracias por este día y me abro a recibir todo lo que encuentre, empiezo a meditar y casi salto de la cama para lavarme y salir a correr. Mientras corro, sólo estoy atenta a mi cuerpo, respiración, pulsaciones, músculos y los chacras. Aprendí a trabajar los chacras mientras corro, esa es la intención del ejercicio. Tengo dos años haciendo una retrospectiva de los últimos 17 años de vida. Un día tuve que irme, encargar mi bebe a su padre, tomar cuatro mudas de ropa y comenzar, según yo. Ese estado me llevó a iniciar el camino que vine a recorrer y encontrar las personas que tenía que conocer. Pasar de ser alguien casi invisible a relacionarme con muchas personas fue un verdadero desafío a mi naturaleza esquiva, solitaria y silenciosa. He pasado más tiempo desaprendiendo lo que aprendí que lo que me llevó aprenderlo para concluir “se muchas cosas, me veo como una mujer sabia, sin embargo,  se

  "Todo lo que he aprendido  en estos años se resume en no ofrecer resistencia a lo que es, a dejar ir el momento y a aceptar la naturaleza impermanente de las cosas ”   Os dejo mi relato.. Es de tarde, la brisa fresca me recuerda el pueblo donde nací, el clima era una de las razones por las cuales nadie se iba del pueblo, dice Severino. Todas las tardes podías ver las muchachas reunidas en la plaza principal luciendo sus mejores galas esperando que uno se les acercara. Los grupos de jóvenes nos reuníamos en una esquina a verlas desfilar con sus faldas almidonadas, si tenías suerte, lograbas hablar con una no sin que estuviera rodeada de las demás o en el peor de los casos de una mujer mayor que te miraba con lupa buscándote los defectos. Así conocí a la Carmelina, para mí era la más linda de la plaza, su falda era la más almidonada. Cuando la vi por primera vez vestía de blanco, me pareció una diosa, nunca había visto a una mujer tan linda. A partir de

Me gustan las historias, dice aurora mientras termina de secar la losa y guardarla. La señora Dean, lleva más de tres décadas en la casa de esta familia. Aurora es la última de la generación, por razones que la señora Dean le atribuye al destino, los miembros de la familia se fueron extinguiendo, ahora ella vive con la última casta y continuamente afirma que es su única familia, no piensa abandonarlos. Aurora insiste en que le relate la historia de sus abuelos desde hace días y finalmente la señora Dean  se sienta en la mecedora que está junto al fuego de la cocina y murmura , fue hace mucho tiempo atrás. “Tu abuelo era un hombre generoso, siempre estaba ayudando al prójimo. Solía decir, no se le puede dejar todo a Dios . Ese invierno fue el peor que tuvimos, mantener a los niños encerrados en casa era casi imposible. Tu abuelo tuvo que viajar, una y otra vez me repetía que distrajese a tu mamá y tu tío para que tu abuela no se cansara. Ellos eran unos niños caprichosos, v

“ Las creencias serán definitivamente sustituidas por la conciencia del yo. Los muros que han separado al hombre de su poder personal serán desplazados por él mismo al darse cuenta de que, crea  sus circunstancias, a través de sus pensamientos y emociones.”  Martha Martínez   Inicie esta investigación a principio del año 2002, estando trabajando en un centro holístico como psíquica y tarotista y la concluí en el 2013. Nací con un conocimiento sobre las cartas del Tarot y otros temas el cual empecé a descubrir a la edad de 28 años, razón por la cual entré en un camino de terapias alternativas cuyo aprendizaje esencial era descubrir por qué era capaz de hacer predicciones, si no creía en ellas. Cuando empecé a trabajar formalmente, me llamaban “bruja”, confieso que muchas veces me sentí ofendida. Después de un año leyendo las cartas del Tarot, empecé a estudiarlas, investigué  estudiosos en la historia de la magia, el ocultismo, el Tarot. La me experiencia me llevó a crear

Una mujer le dice a su amado, al morir quiero que esparzas mis cenizas en el mar. Él con una sonrisa forzada en los labios asiente antes de que ella cierra los ojos para no abrirlos más    Antiguo Palacio del Ayuntamiento, Df. México Karl es un chico como cualquier adolescente. Va a la escuela secundaria, le gustan los juegos electrónicos, aún no sabe que quiere estudiar. También le gustan las chicas pero aún no se compromete con una. Los padres de Karl son divorciados, después que él nació, se separaron. El cuidado del niño quedó a cargo de la madre y el padre ha estado pendiente desde entonces. No son los mejores amigos pero se ponen de acuerdo con respecto a sus responsabilidades. Karl no ha sentido en gran medida la separación de sus padres, él era muy chico, ellos han sabido complementar la relación para no perjudicar a su hijo. El padre de Karl trabaja en finanzas, tiene su propia oficina. Ha tenido varias relaciones pero ninguna que conozca su hijo. La madre de Ka

"Le dije que era diferente y no me creyó, cuando dijo que no podía vivir sin mi, me fui, entonces supo que había dicho la verdad"  Corría el año del 2003, sabía que experimentaría un nuevo cambio, lo que no lograba precisar era cuál sería. Por supuesto, igual que antes, carecía de importancia si veía con claridad o no, pronto estaría en el cambio. Después de aquella decisión radical años antes, nunca nada volvió a ser igual, no supe hasta que estuve navegando en esas aguas que jamás volvería a una zona de comodidad. Fue una tarde como cualquier otra que entre a esa nueva frecuencia. La persona frente a mí era frágil, sentí que debía protegerla pero no supe de qué o quién. Sus inquietudes sonaban en su voz una súplica de ayuda. Confieso que sólo generé expectativas por pena más que por una firmeza de cumplir con lo dicho. Así me encontré semanas después frente a un nuevo camino, comenzó por “casualidad”. Dos personas que no nos conocíamos hasta entonces, estaríamos