DE EMPLEADO A EMPRENDEDOR

“Si los cambios fueran fáciles para todos, todos seriamos diferentes a lo que somos” Karla se ha desempeñado durante varios años como secretaria. Comenzó una carrera pero no terminó. Estudiaba de noche pero a veces salía muy tarde así que terminó dejando la universidad. Ha trabajado en diferentes empresas y en esta última tiene siete años. Cierto día la invitaron a una reunión de negocio, una empresa de marketing fue animada por otra compañera que fue a la que invitaron. Su compañera no le pareció atractivo el negocio pero Karla lo vio como una oportunidad. Se inscribió, empezó hacerlo a ratos y tres años después renunció. Tenía una habilidad social bastante desarrollada y con un poco de conocimiento hizo una red. Trabajó con esa empresa cinco años y luego se cambió a otra. Hoy en día ocupa una posición alta en el negocio, ha obtenido diferentes premios que incluyen viajes en cruceros. Romina cada año se dice que buscará irse de donde está porque no la valoran. Solo lo dice cuando se molesta, cuando se le pasa lo olvida. Está en un nivel gerencial y tiene muchos años en la empresa. Por su actitud parece más que espera una jubilación.

Federico está en una transición. Tiene una habilidad para enseñar y alguien lo convenció para que se abriera un canal en YouTube y da clases de francés. Es increíble, afirma, tengo casi quinientos mil suscriptores. Renunciará antes de terminar el año. Se le ha activado mucho la parte creativa así que tiene otras ideas en mente por lo cual necesita lo que no tiene, el tiempo. Son varios procesos los que hay que pasar para dejar de ser empleado y el primero es dejar de pensar en el quince y último. La brecha que hay de empleado a emprendedor puede ser enorme para algunos. Dejar de esperar una jubilación. Dejar de creer que aunque sea malo se está cómodo. Me molesté cuando el nuevo gerente me advirtió que sucedería si no cumplía el horario. Durante mucho tiempo llegué a salir a las dos de la mañana. En ese momento estaba en la universidad y también tenía un bebé. En menos de tres meses ya no estaba ahí. A partir de ese momento empecé a trabajar como profesional independiente y cuatro años más tarde emprendí en un área que no conocía, al menos consciente, la cual estructuré desarrollando mis propios instrumentos. Recuerdo estar molesta por lo que me pasó pero con los años agradezco aquel gerente que me dio el empujoncito. Dio un salto al vacío cuando empecé trabajar por mi cuenta. No tenía ingresos y tampoco seguridad de tenerlos pero sí responsabilidades ineludibles e impostergables. Cuando empecé a tener ingresos este fue casi fijo. Me daba miedo gastarlo o lo gastaba con miedo. Una noche reflexioné sobre esto por un sueño que había tenido y me empecé a cuestionar. Comencé preguntándome, cómo veía el dinero. La técnica de autosanación consciente estaba en construcción. La respuesta me asombró. Me dije que mis ingresos subirían un cincuenta por ciento lo cual sucedió y después que me di cuenta, dejé de ponerme límites y todo cambió. Cuando estoy hablando con alguien que busca emprender recuerdo mis inicios y le pregunto, cómo tomas dejar el quince y el último. Romper esquemas mentales no es fácil pero tampoco debe ser difícil porque muchos hemos pasado por esto. En cierta forma estamos apegados a diferentes cosas y en diferentes formas y creemos que romperlo será muy malo hasta que nuestra visión cambia y lo hacemos. El salto cuántico. Plantearse emprender comienza por evaluar las fuentes de ingresos que tenemos y preguntarnos, ¿haría esto que me apasiona? Ahora mi mente recrea una imagen de muchas tortuguitas corriendo hacia el mar pero ¿cuántas sobreviven? Como visionaria, veo más gentes pasando al mundo del emprendimiento, veo que las grandes infraestructuras tienden a desaparecer. Las empresas cambian la relación que tienen con sus empleados empezando por convertirlos en sus colaboradores. El futuro se ve interesante pero qué pasa con aquellos que son incapaces de moverse. Que ven el futuro como un riesgo. Todos estamos condicionados por la selección natural. Desarrollar modelos de pensamientos que nos faciliten adaptarnos al futuro es el único medio para transitar esta transición que empezó a ocurrir hace décadas, con la llegada de la globalización, el internet, las plataformas digitales. Como me dijo una amiga, allá afuera están las oportunidades, solo hay que ir por ellas.Ese día en particular estaba agotada, pensaba, qué estoy haciendo, me volví loca. Me dije, me veo en la playa haciendo lo que hago.