Laura es una mujer sumamente emprendedora. Siempre ha estado llena de ocupaciones y con los compromisos que todo el mundo tiene. En un momento de transición en su vida, llega a la consulta con el siguiente planteamiento. “He tenido una vida maravillosa, me estoy separando de una empresa donde he estado por treinta años, empecé desde abajo y hoy en día soy presidente corporativo. Mis hijos ya se fueron y están viviendo sus vidas y yo estoy sola. En ciertos momentos he estado acompañada pero no lo suficiente. No me desagrada la soledad pero no entiendo por qué aun no concreto un compromiso verdadero”
Mientras la escuchaba, proyectaba en ella mis propias circunstancias, no eran las mías pero también me hacia el mismo planteamiento. A lo largo de mi experiencia en el área de autoayuda he escucho y reafirmo que la vida es un reflejo. Estoy plenamente consciente de que atraemos lo que reflejamos y entiendo el proceso.
Entonces, ¿cuál es el verdadero reto de experimentar esta vida, por qué estamos aquí? ¿Somos producto de la casualidad de un espermatozoide y un óvulo o somos la idea materializada de esa unión?
Lo que continuamente buscamos es a nosotros mismo en el reflejo del mundo que habitamos. No todos llegamos a tener conciencia de nivel en la búsqueda de las experiencias espirituales, sólo los buscadores profesionales llegan a tomar conciencia, pero no significa que el trabajo se haga menos fácil, se hace más fluido.
Estamos de acuerdo que el viaje más largo que alguien pueda hacer esta en caminar su mundo interno y seguramente no le alcanzará una vida para conocerse y es aquí en donde está el principio y el fin de todo. Cualquier cosa que uno se plantee está definida por el autoconocimiento.
Conocerse a sí mismo y llegar en cierto grado a saber quién es uno, cuál es su potencial o su limitación es un reto que empieza por el ego para luego terminar en la conexión consciente con la conciencia espiritual que mantiene unida a la personalidad con la realidad. Los procesos reflexivos permiten dilucidar esta interrogante pero a veces separan de la cotidianidad, el verdadero aprendizaje de la personalidad.
Para alguien que ha pasado toda su vida planteándose la pregunta, ¿quién soy? decidir ser que quiere llegar a ser quien es, es un verdadero desafío. Puedo sugerir que es mejor enfocarse a lo que se está viviendo en el momento. Vivir el momento como si uno se fuera a morir mañana. Después de todo, que es la vida, un conjunto de eventos que cada uno vive a su manera.
Ahora recuerdo a Laura, ella ha logrado lo que muchas personas buscan, sin embargo su insatisfacción es igual a la que muchas personas tienen porque no han logrado lo que ella tiene. La contradicción no es que siempre nos sintamos insatisfecho con lo que tenemos, sino, no poder ser consciente que lo que buscamos una y otra vez en el ciclo de encarnación, es a nosotros mismos, pero aún no lo sabemos.
Comentarios
Publicar un comentario