UN CISNE EN UN ESTANQUE


Una pareja se encuentra en la sala de un centro de salud con su hijo de ocho años, alrededor de ellos otros padres con niños que presentan distintos grados de limitaciones físicas. El niño está relativamente relajado en su silla de ruedas, entretenido con una consola de video juegos, a ratos se dirige a sus padres, otro rato observa su entorno.
La madre del niño observa la escena mientras su mente se abstrae al pasado. Una pareja se conoce fortuitamente en un taller de actualización en sus profesiones. Inmediatamente se sintieron atraídos el uno hacia el otro. La relación fue muy rápida, comenzaron a salir y al cabo de un año decidieron formalizar su relación.
Las familias se adaptaron rápido a los nuevos miembros, todo era amor y armonía entorno a esta pareja. Ella decide que a los pocos meses de casada es tiempo de pensar en tener hijos y llegan a un acuerdo, ella dejaría el trabajo cuando saliera embarazada hasta que el niño o niña entrara en la escuela. La decisión no fue fácil pero su deseo de disfrutar toda la experiencia estuvo por encima de su crecimiento profesional. También la capacidad de ambos que no era muy alta si lo bastante holgada facilitó la decisión.
Como ambos lo esperaban, a los dos meses la chica queda embarazada, por supuesto que todo era amor y felicidad. El embarazo fue un disfrute para la futura madre, se dedicó a aprender hacer cosas para el futuro bebe. Durante los meses que duró el embarazo no se presentó nada irregular hasta el final del embarazo.
Un examen médico detecta que el niño venía con un problema en la columna. Los padres asustados buscan opiniones diversas y se ponen en contacto con un especialista antes de que naciera.
Llega el momento del nacimiento, todo se da como fue todo el embarazo, la única expectativa era la salud del bebe.
Efectivamente él bebe nace con un problema en la columna. Era una limitación que en principio lo haría tener una discapacidad. Los padres esperanzados esperan que el especialista tenga una solución, este recomienda que lo vean en otro país. Los padres sin ponerlo en duda se lanzan a esa aventura.
Los primeros dos años fueron difíciles, después de buscar diagnósticos que pudieran mejorar la condición del niño se dieron cuenta que no podían hacer nada más que adaptarse y enseñarle al bebe a vivir con su limitación.
El niño desde muy pequeño demostró ser muy inteligente, aunque su movimiento estaba limitado, no fue obstáculo para ser considerado travieso. Aprendió a gatear arrastrándose, nadie le dijo cómo hacer para moverse porque el niño desde un principio se las ingenió para alcanzar lo que quería, lo que no podía simplemente optaba por perder el interés.
Era un niño con un muy buen humor, decía su padre que era el temperamento de la madre, fuerte y enérgico, le costaría rendirse ante cualquier eventualidad.
Los padres aprendieron a darle al niño las atenciones que el necesitaba pero fundamentalmente a enseñarle a no victimizarse. Cuando su hijo cumplió los tres años, decidieron que entre lo que podían, llevaría una vida normal. Así que el niño en su silla de ruedas inicio su experiencia escolar, con algunas limitaciones, la madre que pensaba reintegrarse decidió dedicarle tiempo completo a su hijo. La pareja decidió que no tendrían más hijos aunque alguien les aconsejó en algún momento que sería importante sobre todo para que alguien cuidara de su hijo en el futuro.
Estaban los padres en ese enorme salón, esperando que les llegara el turno, la madre sale de repente de un breve episodio de abstracción cuando se da cuenta que el niño estaba unos metros más allá conversando con otro niño.
Ella se acerca sin que él se dé cuenta y presta atención a lo que los pequeños hablan. El niño le dice a su hijo, puedes ir al parque, su hijo voltea buscando aprobación y dice, dónde es, el otro pequeño señala con su mano, el niño vuelve a voltear mientras la madre le dice con una mirada, arriésgate.
Se van los niños al parque, la madre los sigue, el otro inmediatamente al llegar se trepa a un columpio haciéndole señal a él que lo siga, él niño le dice yo te veo.
La madre se seca una lágrima que acaba de salir del ojo, su hijo voltea sonriente. El otro niño se baja del columpio al darse cuenta que su reciente amigo no puede secundarlo y se sienta en el suelo junto a él y se entretienen con unas piedras que están en el terreno.
Este escenario se ha repetido en más de una ocasión y la madre del niño lo ha visto cada vez. Sin que eso la altere, piensa, tiene que aprender a desenvolverse con las condiciones con las que nació.
Ya en la casa esa noche, el padre llega del trabajo y como siempre va a buscar a su hijo, juntos echan broman, e incluso juegan a los escondidos, el padre pregunta, cómo te fue hoy campeón. El niño relata todos los acontecimientos con mucha descripción.
El padre va a la cocina a ayudar a su mujer a terminar de poner la mesa, el niño saca los platos que están en un mueble a su alcance, como la mayoría de las cosas en la casa y la familia se sienta a disfrutarlo.
Después de la cena, juntos ven un rato de programación de televisión hasta que llegan las nueve y la madre dice, a dormir, mañana vas a la escuela. El niño hace un gesto de molestia con la boca pero obedece.
Va a su baño y se cepilla los dientes, en el cuarto se cambia la ropa por la de dormir, intenta buscar un medio para ponerse el pantalón aún sin éxito pero sabe que pronto lo podrá hacer solo, su padre llega en ese instante sin prestar atención a los esfuerzos de su hijo, lo coloca en la cama y le pone los pantalones de dormir, le da un beso en la frente y se despide.
Viene la madre, coge un libro con figuras de una biblioteca junto a la cama y le pregunta, estás listo, el niño asiente con la cabeza y la madre empieza a leer.
El niño interrumpe la lectura preguntando, mamá por qué habré nacido sin poder caminar, la madre cierra los ojos sin levantar el libro para que el niño no vea su turbación y cambiando su cara como si la pregunta fuera normal le dice, te voy a contar un cuento distinto a los que te he contado hasta ahora. El niño emocionado le dice, empieza.
“esta era una vez una granja donde había un estanque que tenía muchos patos. Un día, vino el granjero que encontró un huevo cerca de su casa y lo llevó hasta donde estaba una hembra y lo colocó debajo de ella. La pata lo encubó como a los otros huevos hasta que llegó el momento en que empezaron a reventarse.
Este huevo fue el último en reventar y cuando lo hizo, salió un patito muy diferente a los demás.... el niño muy concentrado en el cuento, dice, así como yo, qué soy distinto, la madre amorosamente le dice, deja que termine y prosigue la historia.
El patito inmediatamente fue rechazado por sus hermanos y su mamá. Se va alejando del estanque y llega a la casa, el granjero tenía un gato y un perro en la casa, estos cuando lo ven le dice, “que pato tan feo, de seguro te echaron del estanque”, el patito con las lágrimas a punto de salir sale corriendo cuando el gato le lanza un manotazo.
Sin darse cuenta llega otra vez al estanque pero del otro lado, se encuentra con un animal que no reconoce. Este le dice, “oh que maravilla, cuando llegaste aquí”. El patito que no lo conocía le dice,” usted me conoce. Sí, claro, responde el otro, tú eres uno de los nuestros”. El patito extrañado le dice,” no señor, yo soy un pato”, el otro riendo le dice,” quién te dijo ese insulto. Espera y veras”.
De repente llegan otras aves como la que estaba junto al patito, se posan en el estanque y hacen una danza, el patito maravillado por la belleza pregunta, “que animales tan hermosos, cómo se llaman”,” son cisnes”, dice el ave.
El patito mira apenado cuando las aves se voltean a mirarlo pero estas le hacen un gesto con la cabeza antes de alzar nuevamente el vuelo.
El ave que está junto a él también se prepara para alzar el vuelo antes de decir, “espera y veras. Vuelvo en unos meses”.
El patito se mantuvo aislado en ese lado de estanque pero no se sentía bien de estar siempre solo. Una noche de luna llena se ve en el reflejo del agua y se ve distinto, al día siguiente muy temprano llegan las hermosas aves que había visto hace tiempo y la que le dijo que la vería pronto.
“Hola hermano cómo estas”. El patito extrañado le dice,” yo no soy tu hermano”, “si eres nuestro hermano”, reafirma el otro. “Abre tus alas y obsérvate en el agua”, el patito ve la transformación que dio. Feliz dijo, “soy un cisne, soy un cisne”. “Así es”, dice el ave. En ese momento junto con los demás cisnes alzan sus alas y se pierden en el firmamento.
La madre termina el cuento y el niño se había dormido. Ella lo cobija dándole un beso en la frente y se va.
Esa noche el niño tuvo un sueño muy extraño, estaba junto a un árbol, una voz le decía, levántate y coge un fruto. Él pensaba, no puedo, la voz volvió a repetir la orden, él se agarra de la silla para hacer un esfuerzo y se da cuenta que se puede parar, coge un fruto del árbol. La voz le dice, tú puedes caminar.
Así se despertó al otro día, con una sensación de alegría que no podía definir. Pasaron muchos años de ese momento, el niño se graduó en la escuela, tenía una habilidad para crear programas de computación, empezó a estudiar computación y a los veinte cinco años crea una página que llegó hacer muy famosa.
Pasado varios años de esto, está hablando con la mamá y le cuenta el extraño cuento que tuvo esa noche cuando ella le contó el cuento y se quedó dormido.
Ella le dijo, hijo, yo siempre supe que tú podías caminar aunque no fuera con tus piernas.

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