MARTHA MARTINEZ FACILITADORA DE HERRAMIENTAS DE AUTOAYUDA

  Cayita fue una mulata que nació a principios del siglo pasado en una población rural. Dentro de todas las limitaciones con las que vino al mundo, tuvo la fortuna de llevar el apellido de su padre, aunque creo que no vivió con él.   Poco se sabe de sus años de juventud. Para mí, su historia comienza cuando se unió al abuelo y empezaron a tener hijos, de los cuales al menos tres o cuatro murieron siendo pequeños. Su vida fue una cadena de carencias, decepciones y responsabilidades. Por eso, sí, fue una mujer de carácter fuerte. Aun así, no llegó a alcanzar la edad que yo tengo hoy. Mis recuerdos de ella son pocos, y no porque no la recuerde. Antes de cumplir los siete años, mi vida era itinerante, y el tiempo que compartía con ella se limitaba a los momentos en que necesitábamos que nos cuidara. Un día, mientras pensaba en los acontecimientos de mi vida, me pregunté: ¿Habrá algo detrás de todo esto? En ese tiempo ya había decidido recorrer el camino de la autosana...

  Mi historia con el autodesarrollo comienza en 1996, cuando inicio un camino de autoconocimiento motivada por las experiencias extrasensoriales que vivía desde la infancia. Escuchaba voces, veía personas que no estaban físicamente, me salía del tiempo. con mi hermanita Vengo de una familia con muchas carencias. Cuando nací, mi madre no sabía leer ni escribir. Mi abuela murió sin saberlo y creo que mi bisabuela igual. Mamá dejó a mi padre cuando yo tenía un año. Los desafíos de una madre soltera con dos niñas nos llevaron a deambular por diferentes casas de cuidado, a estar internas o a pasar las vacaciones en casa de papá. Sufrí abuso por parte de mi padre y también de personas en los lugares por donde pasé. Cuando inicié el primer grado, era casi muda. En un paseo que hicimos en el último curso, la guía hizo una dinámica: nombraban a alguien y todos decíamos algo de esa persona. Nadie dijo nada de mí. Estuve con estas personas once años. En la universidad no hubo mucho cambio. Co...

  Una vez más me encuentro ante un cambio en mi camino profesional. A diferencia de otros momentos, este periodo ha estado marcado por la trascendencia de mi mamá, un evento que me hizo ver con claridad que el verdadero valor en la vida reside en el tiempo.   Mi experiencia con el horóscopo fue un punto de inflexión que impulsó mi desarrollo espiritual y personal. Más allá de ser reconocida por ser asertiva en mis predicciones, lo más valioso fue la oportunidad de conectar con personas muy diversas y traspasar fronteras.   Cuando me propusieron hacer el horóscopo, el escepticismo me invadió. Desde joven he visto la vida como la consecuencia de nuestras elecciones. Pero al considerar esta oportunidad como una forma de compartir mis escritos, descubrí el trasfondo de las circunstancias. Así inicié un ciclo de comunicaciones conscientes, guiada por una inteligencia que, a través de mí, ha guiado a otros y me ha revelado, al final, que cada uno nace con una guía interna...